miércoles, 26 de agosto de 2009

EL APRENDIZ DE BRUJO CHAVEZ JUEGA CON CANDELA

El colorido histrionismo de Hugo Chávez Frias sería divertido si en realidad fuera inocuo y no escanciara dolor y privaciones a su propio pueblo venezolano, asi como representa para toda América Latina un modelo de sistema que del que ya Cuba comunista es la vitrina para no repetir errores que ya están mas que documentados en la miseria y el sojuzgamiento del pueblo cubano a los caprichos y vanaglorias ideológicas de una dictadura completamente desfasada con el ritmo de la historia.

Hugo Chávez Frías ha dicho a sus amanuenses que "preparen" la ruptura de relaciones con su vecina Colombia, a raíz de la vociferada oposición de los países del eje chavista a un reciente pacto militar entre Estados Unidos y Colombia.

Como un cocinero ante su caldero, Chávez cuece un potpurrí de justificaciones para, en realidad, culminar su sueño, castrense por duplicado, de provocar una guerra con Colombia que probablemente arrastrará a un sangriento conflicto, tanto a sus adláteres regionales, como a sus oponentes tradicionales.

Fidel Castro le mira a la distancia, probablemente con la envidia de no tener Cuba, como Venezuela, fronteras con otros paises. Por pecado insular, Castro se ve obligado a su retórico leit motiv de la amenaza imperialista a 90 millas. Hay que reconocer que en eso aventaja a su discípulo Chávez, que está bastante más alejado del "monstruo" y de sus ahijados, los exiliados cubanos que pululan en la península de La Florida.

A diferencia de Chávez, que puede provocar en cualquier momento conveniente de su descendente carrera presidencial venezolana, un conflicto fronterizo ad hoc, Castro ha discurrido su liderazgo hasta la senectud mandando tropas cubanas a pelear a las antípodas del mundo para poder disfrutar esa "picazón hemorroidal" que padecen estos vetustos dictadores por echar una guerrita precedida de una inconmensurable adquisición del armamento bélico más disparatado.

Castro practicó el tiro, -a distancia por supuesto -, con Angola y Etiopía, entre otras aventuras imperiales que incluyen, por supuesto, el bochornoso episodio de Tortoló huyendo de las tropas estadounidenses en la minúscula isla de Grenada, en una oportunidad histórica que merece ser recordada, porque fue donde los marines de Ronald Reagan si patearon bonito a las tropas del envejecido comandante.

Chávez, quedan pocas dudas, pavimenta el camino de la guerra en latinoamérica, pero más que todo por alejar la atención de los últimos fracasos de su gestión gubernamental y para buscar un pretexto bélico para el estado de excepción en el que pueda volver a gobernar por decreto, ya que hace pocas semanas su propio congreso de focas le negó discretamente una nueve patente de corso habilitante.

Castro, mientras tanto, divaga y reflexiona, celebra intrascendencias y pretende acorralar con sus disparates al gobierno estadounidense, creando distinciones entre el primer presidente afroamericano de este pais y el "corazón reaccionario" del establishment, procurado por Castro como la verdadera razón de que el neófito Obama no pueda ir mas a la izquierda que lo que le permite el carroussel político estadounidense.

Que se cuide Chávez, porque las mejores alianzas de Fidel Castro han terminado en la desgracia, y no faltan pruebas de que el viejo zorro de La Habana fácilmente juega en los dos bandos, sin ninguna muestra de escrúpulos. Para muestra un botón: las tropas cubanas defendieron alternativamente, como si de condottieri venecianos se tratara , a Somalia y a Etiopía respecto a la una de la otra; y para echarle más sal a la herida, a la vez proveyó de fondos y logística al frente liberacionista de Eritrea, a la sazón enfrascado en disociarse del viejo imperio abisinio.

O, más reciente y cercano, cuando Castro le enviaba cartas a Carlos Andrés Pérez por su mano dura durante el caracazo; o cuando salió a defender el honor y la integridad del dictador chileno Pinochet, solo por aquello de poner sus barbas en remojo, ya que se establecía el precedente de que un juez pudiera dictar la detención de un dictador fuera de su madriguera.

Chávez, como el aprendiz de brujo del animado de Disney, fuede estar conjurando fuerzas que son vistas como muy mala compañía, como es el caso de Irán y Libia, por ejemplo, y por aquello de que "nunca sabes para quien te bañas", está acelerando la percepción en otros gobiernos vecinos el reconocimiento de que no seamos defendidos por ese compadre y "si te he visto, no me acuerdo."

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