ALFONSO NACIANCENO, UNA JOYA DEL PERIODISMO REVOLUCIONARIO.

Los costarricenses lo llaman "hablar paja"; los cubanos, que dedicamos la paja a otros menesteres de autocomplacencia, lo llamamos, "hablar mierda". Si se hace un campeonato diario de ese don, entonces el de hoy le corresponde al gacetillero del Gramma, Alfonso Nacianceno, quien dedica su diatriba a la decisión de independizarse del lanzador zurdo Aroldis Chapman, que el gobierno de Cuba ratifica varias semanas después de ocurrida en Ammsterdam, Holanda.

Refiriéndose a Jaime Torres, el abogado boricua que ha negociado los contratos de varios peloteros cubanos que se han quedado en el exilio, Nacianceno titula su mamotreto "Un abogado Ladrón", y luego se desboca en improperios contra el jurista , sobre el que comienza diciendo que " provoca náusea escuchar a un ladrón exigir en público el más estricto apego a la ley."

Es interesante esta visión del parraferro asalariado para juzgar la actividad de un profesional al que acuden los deportistas para obtener contratos favorecedores, lo que es una contradicción expresada por el mismo abogado: "Yo no busco a nadie. Los muchachos me buscan a mi por mi trayectoria y honestidad, porque yo hablo claro con todos."

Juzgando por las respuestas mesuradas de Torres, es dificil entender la salida del tal Nacianceno, que en tono gritón escribe en su gacetilla que "La pose de borrico despotricado cuando habla de lealtad solo refuerza su real naturaleza, la del rapaz iracundo."

Además de guataca, es muy bruto este parraferro de tercera cuando logra, lo que seguranmente él y su jefa inmediata, Elda Andux Clavelles, consideran joyas del periodismo revolucionario. Con la memoria perdida quizás en las viejas estrofas navideñas del "Burrito sabanero", termina evocando a la "Supertiñosa" emblemática de las viejas revistas del Partido Socialista Popular cubano, la única pieza creativa de aquel tránsfuga que era el "Loco Quintela."

Un burro despotricado que reacciona como rapaz iracundo ha producido un contrato de $34 millones con el equipo de los yankees para José ariel Contreras; uno de $4.5 millones para Alexei Ramírez y otro de $11 millones para Dayán Viciedo, ambos con los Medias Blancas. Para cualquier lector de Nacianceno, como decimos los cubanos, "el número no juega con el billete", de manera que la lectura implícita del discurso no es que Torres sea esa especie de quimera híbrida de burro y tiñosa conque lo quieren pintar, sino que el único burro obstinado que quiere mantener presos a grandes profesionales del deporte, sean peloteros, boxeadores o de cualquier otro género competitivo, es precisamente el innombrable que todos conocen.

Da lástima ver como alguien escribe toda esa sarta de incoherencias cuando en realidad piensa lo contrario, o por lo menos sabe que lo que escribe no se ajusta ni siquiera a la verdad ni el que lo escribe tiene la más mínima oportunidad de ejercer un periodismo objetivo, consultando a las dos partes en conflicto.

Por otra parte, las dádivas por el servicio profesional a la revolución suelen ser tan magras y en la mayoría de los casos cínicas, que al parrafero incondicional lo premian quizás con una oportunidad turística, o el derecho a optar por un artículo electrodoméstico, que cualquiera en el resto del mundo libre puede comprar dondequiera, al mejor precio que encuentre, sin tener que sacrificar un ápice la libertad de opinar y disentir.

Lástima que si Alfonso Nacianceno decidiera abandonar alguna vez Cuba, difícilmente sería meritorio que acudiera al abogado Jaime Torres para que lo represente en una negociación contractual con algún medio de comunicación importante. Torres representa campeones libres, no aprendices de testaferros.