jueves, 23 de abril de 2009

UNA PERLA EN EL CHIQUERO: Cómo la izquierda ortodoxa veía al Ché Guevara 30 años después de su muerte.

.Fragmento de una Charla presentada por Bill Vann

Esta conferencia sobre El Marxismo y los problemas fundamentales del siglo XX se presentó el 7 de enero, 1998, en la Escuela Internacional de Verano que el Partido Socialista por la Igualdad (Australia) organizó en Sidney del 3 al 10 de enero, 1998.

Bill Vann es redactor internacional del Web Socialista Mundial (World Socialist Web Site) y autor de varias obras de crítica sobre las luchas de las masas oprimidas de Latinoamérica, Africa del Sur y del Medio-Oriente que tomaran lugar durante el período post-Segunda Guerra Mundial.

(Lea la conferencia completa: El Castrismo y la Política del Nacionalismo Pequeño-burgués)

El renacimiento del Che

Las recientes celebraciones conmemorativas del Treinta Aniversario de la ejecución de Ernesto "Che" Guevara, con quien Castro se identifica, proveen un buen lugar para comenzar nuestro análisis del exponente y practicante más destacado de la guerra de guerrillas. Durante los últimos meses hemos visto un renacimiento del Che, aunque no el tipo de renacimiento que el guerrillero argentino, hasta en sus peores pesadillas, hubiera alguna vez podido imaginarse.

El Che se ha convertido en objeto comercializado que aparentemente contradice su reputación radical. Su imagen se ha convertido en una mercadería común. Swatch, el fabricante de relojes suizo, ha lanzado al mercado un modelo "revolución", que porta la imagen del guerrillero, la cual también se ha usado para filmar anuncios de skis, adornar los estuches de discos compactos y hasta para vender cerveza.

En Argentina, el gobierno de Carlos Menem, quien es de los favoritos de Washington por su acogida favorable al Fondo Monetario Internacional y su apoyo entusiasta a la guerra del Golfo de Persia, ha llegado a lanzar una estampilla postal conmemorativa en honor al Che como "gran argentino".

El régimen de Castro tampoco se ha quedado atrás. Recientemente sacó los restos de Guevara de Bolivia para re-enterrarlos en Cuba con mucha pompa y circunstancia. El gobierno cubano ha organizado giras turísticas acerca del Che para beneficio de ex-radicales extranjeros y vende en el mercado camisetas y baratijas grabadas con la imagen del Che para fomentar a la economía cubana, la cual va de crisis en crisis.

¿Qué cualidades tenía el Che que lo hacen hoy día tan susceptible a convertirse en ídolo que es inofensivo lucrativo a la misma vez? Las cualidades que sus admiradores hacen destacar se conocen bien: el valor, la abnegación, la disciplina rigurosa y el sacrificio de la vida por una causa. Estas son todas características admirables e indudablemente muestran un contraste severo a la ética social prevalente que mide al valor humano según el tamaño del portofolio de inversiones de la persona. Pero estas cualidades, por sí solas, de ninguna manera nos ayudan a comprender la política y el carácter clasista de las personas que las poseen. Varias sectas religiosas--y hasta varios movimientos fascistas--pueden protestar que sus propias luchas por fines totalmente reaccionarios han producido mártires con semejantes cualidades.

Un análisis detallado de la carrera de Guevara demuestra que sus conceptos políticos no tenían que ver nada con el marxismo y que las panaceas de la lucha armada y y el guerrillerismo con los cuales él se identificaba eran fundamentalmente hostiles a la lucha socialista revolucionaria de la clase obrera.

En medio de este renacimiento de la imagen del Che han aparecido varias biografías recientes acerca del dirigente guerrillero. Las del autor mexicano Jorge Castaneda y del estadounidense John Lee Anderson, aunque de ninguna manera ofrecen un análisis político-marxista, sí nos proporcionan con revelaciones muy útiles acerca de la trayectoria de Guevara y de la revolución cubana.

Estos libros presentan una historia detallada de la carrera de Guevara, lo cual nos deja ver de la manera más clara la superficialidad insondable y los resultados trágicos de su [de Guevara] perspectiva política.

Al mismo tiempo que se publican estas historias basadas en hechos verídicos, varias tendencias izquierdistas pequeño-burguesas otra vez han tratado de pintar a Guevara como dirigente y teórico revolucionario cuyo ejemplo e ideas continúan inspirándonos con una perspectiva política para la lucha contra el capitalismo. A diferencia de los biógrafos, estos grupos carecen de toda visión original o información nueva. Mezclan una nostalgia enfermisa por los días gloriosos del radicalismo de la clase media con lo que sólo se puede describir como falsificación de las verdaderas ideas de Guevara y las consecuencias políticas de éstas.

Algunos, tales como el Socialist Workers Party (Partido Socialista de los Trabajadores: SWP), son portavoces carente de toda crítica en cuanto a las festividades conmemorativas del gobierno cubano. Otros, como el viejo bribón pablista Livio Maitan en Italia o el movimiento morenista en la Argentina, tratan de mostrar que Guevara planteó no solo una alternativa al stalinismo, sino también al régimen castrista mismo.

En un documento reciente sobre la cuestión cubana, los morenistas aclaman el famoso lema del Che, "Uno, dos, más Vietnams", y declaran: "Aún usando métodos desastrosos--focos guerrilleros, aislamiento del movimiento de las masas, oposición a la construcción de partidos obreros revolucionarios,--[Guevara] expresó la necesidad de expander la revolución a nivel internacional".

Lo que los morenistas ni siquiera se molestan en explicar es como métodos desastrosos puedan expresar una perspectiva necesaria y revolucionaria. Esta tendencia, tal como todas las facciones pablistas, ha hecho una profesión de tratar de demostrar la manera en que varias fuerzas-el peronismo, el stalinismo, el guerrillerismo,--"expresan" la lucha por el socialismo.

La verdad es que en una etapa anterior los morenistas llegaron al extremo de descubrir esta expresión en Fulgencio Batista--el mismo dictador que Castro había derrocado. Proclamándolo "El Perón de Cuba", aclamaron a la clase obrera cubana cuando ésta falló en responder a un llamado a huelga general por parte del Movimiento 26 de Julio de Castro. Después de Castro ganar la batalla, sin embargo, colocaron el retrato de éste junto al del general Perón en el membrete de su diario.

No obstante la alquimia política de los morenistas, los métodos desastrosos de Guevara fielmente expresaron la perspectiva política--más bien se podría decir falta de cualquier perspectiva seria--sobre la cual se basaban.

Ni a los morenistas ni a ninguna de las otras tendencias pablistas les importa analizar al castrismo y al guevarismo desde un punto de vista clasista, como tampoco les importa delinear los orígenes y el desarrollo de esos movimientos o poner en hoja de balance la experiencia con el guerrillerismo en Latinoamérica durante las últimas tres décadas y pico.

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