Pecado Anfibológico del Camajandante Contracandela

En su último "disparage" contra la administración Obama, Contracandela incurre en un pasaje anfibológico de sus riflexiones, esto es, cuando de un mismo texto pueden hacerse conclusiones diferentes. Dice el Camajandante que "si el Departamento de Estado desea discutir con Bruno (Rodríguez, canciller cubano), existen suficientes elementos de juicio para sepultarlo con sus propias mentiras." ¿A quién van a sepultar sus propias mentiras? ¿Al Departamento de Estado, o a Bruno Rodríguez (Parrilla)?."

En la misma riflexión, el viejo francotirador de siempre cambia su percepción de Obama, que ya no es burro (porque malinterpretó a La China), sino que es mentiroso, porque le sigue el ritmo al Departamento de Estado. Según Contracandela, el actual presidente estadounidense debe avergonzarse de permitir que el Departamento de Estado siga considerando a Cuba "como un país que promueve el terrorismo."

Fiel a su propósito de "seguirle los pasos" a Obama, el Camajandante sigue su línea un tanto exculpatoria con el presidente, de que tiene "buenas intenciones", pero tarde o temprano va a tener que hacer lo que le digan que haga "los dueños de los caballitos".

El tratamiento de Castro a Obama tiene un trasfondo similar al de la izquierda dura, atrapada entre su discurso tradicional antimperialistra y el hecho de que en Estados Unidos un primer afroamericano está ocupando la Casa Blanca. Mientras que, por un lado, mantienen el pie metido en la retranca que les da votos entre sus ciegos seguidores, por el otro se encauzan en el ritual de la "corrección política.": Antiyankis, pero no racistas. El colmo sería, -piensa Contracandela y hace un guiñito-, es que acusaran a nuestro gobierno también de racista.