En los primeros años del poder castro-comunista, cuando todavía se transmitía en CMQ-TV (antes que Ramiro Puertas y Armando Pérez Roura la intervinieran), el programa "Show del Mediodía", el "Ché" Guevara estaba sentado en el público que colmaba el estudio, y al presentarlo en cámara el animador, Germán Pinelli ,-un gran profesional-, aprovechó la ocasión con una conguita a cargo de la Orquesta Aragón, que entonces alternaba la animación del programa con otros conjuntos musicales. Al ritmo pegajoso del Cha-cha-chá, lo de "ché-ché-ché" le cayó malísimo al "guerrillero heróico" ,-un pesado antológico-, quien paró en seco la música y al animador, para decirle: "Yo soy el Ché para todos los cubanos; para usted soy el doctor Ernesto Guevara." De inmediato Pinelli, que sabía manejarse en escena como pocos, se dirigió a otra personalidad presente en el programa y dejó al flamante Ministro de Economía con la palabra y el tabaco en la boca.
Un dia en que conversaba con Pinelli en la casa de una hija suya, le refresqué la legendaria anécdota, y muy discreto, el mordaz Germán me respondió: "Yo estaba ahí para matar a la gente de risa; el Ché solo las mataba con balas."
Para esa pose trágica de los caudillos revolucionarios, el humorismo cubano tiene una frase certera: "parece que se tragaron el palo del almidón". Si Fidel Castro, -que no ha hecho otra cosa que acumular apodos en 50 años de poder-, ha sido captado en fotos con una especie de sonrisa, en realidad ha sido una mueca de su pre-fabricada gestualidad. Dicen sus compañeros de estudios, o del Partido Ortodoxo, o del "Bonche" Universitario, que nunca recuerdan haber visto a Castro reir a carcajadas, o hacer un chiste. Mucho menos permitir que se lo hagan: De ahi que haya lanzado un ataque preventivo que le cortó la vida a Zig-Zag, "El Loquito de Nuez", y a "Trespatines".
Recientemente, cuando Hugo Chávez, en el mismo sitio en que cayó estrepitosamente el Comandante, lo que le costó varias operaciones, le preguntó al sombrío y tétrico Ramiro Valdés, cual era el sitio exacto en que cayó Fidel, después de un asustado titubeo, el viejo carcelero de Quinta y 14 respondió con una firmeza que le salió del alma: "Aquí mismo fue donde el Comandante en Jefe se levantó."
El mismo Ramiro Valdés, una tonga de años antes, cuando estaba medio defenestrado, dijo en una reunión pública que "Fidel no piensa con el cerebro, sino con los cojones." Eso es el máximo de humorismo al que pueden llegar estos súbditos históricos, aunque no fueron pocas las veces en las que usaron el vitriólico humor mordaz para referirse a los que, por el camino, iban perdiendo la gracia del Comandante: Olsvaldo Dorticós Torrado, mucho antes de darse el tiro, era conocido como "Cabeza de Bote" y "La Lechona" y al extinto Walterio Carbonell, negro, trotskista e incómodo, -aunque a últma hora, y después de una sesión de granja, sometido-, lo llamaban "Chicharito" y "Sopeira" era, por contraste, el propio Fidel, en alusión al veterano show del negrito y el gallego, interpretados por Alberto Garrido y Federico Piñero, que luego salió al aire un tiempo con el rubro de los apellidos de sus protagonistas."
Una vez que andaba pasado de tragos, y enfadado por la falta de atención del Comandante, el pintoresco y mujeriego Agustín Díaz Cartaya, ex-capitán rebelde y asaltante del cuartel de Bayamo en el 53-, se apareció en la Plaza Cadenas de la Universidad de La Habana cuando Fidel llegaba para echar uno de sus discursos kilométricos, un 27 de noviembre. Como tenía venia para acercarse a Fidel, Díaz Cartaya le gritó frente a un centenar de invitados: "Sopeira, Chicharito te anda buscando", refiriéndose a Walterio Carbonell, que discretamente se escondió detrás de una columna antes de hacer mutis.
En ocasión de una entrevista a la conductora del programa infantil "Tia Tata Cuenta Cuentos" (¿Alguien recuerda el nobre de la actriz?), le preguntaron: ¿Cuántos años lleva Tia Tata Contando Cuentos? La pobre mujer tragó en seco antes de responder, con una voz casi inaudible, "20 años". La respuesta coincidía con el veinte aniversario de la revolución.
Sorprendería saber que muchos de los chistes contrarrevolucionarios que circulaban por todo el país durante décadas, no fueron inventados precisamente por "guasanos", ya que la necesidad del escape humorístico, de la ocurrencia y el trallazo verbal son una también consecuencia natural de la extraordinaria tensión, para los que administran el poder-, de asumir constantemente el disfraz ideológico aunque "la procesión vaya por dentro."
El contraste entre la imagen almidonada de los comunistas y el tradicional choteo criollo en nuestra isla, está definida por el estereotipo del "Pesao", dicho así, con la genealogía andaluza del término: "Un cubano puede ser cualquier cosa, lo que sea; menos "pesao".
Dissident priest Alberto Reyes urges Cubans to demand “real change”
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From our Bureau of Troublesome Priests Padre Alberto is at it again,
denouncing Castro, Inc., calling for an end to the dictatorship that has
turned Cuba...
Hace 2 horas
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